
jueves, 4 de diciembre de 2008
miércoles, 19 de noviembre de 2008
Este Otoño me falta 9vre.
... Este Otoño especialmente benigno me hace desear un café cerca de La Catedral, en Burgos o una cerveza con un montado en alguna terraza de Salamanca, quizá pasear bajo los árboles dorados por el sol en el atardecer de Palencia o dormitar en la noche cantábrica...
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... deshacer el azucar en tu taza oyendo las palomas, picar de tu tortilla bajo una estufa en la calle, jugar a pisar tu sombra levantando las hojas secas, sentir tu pelo en mis labios apoyado en la almohada...
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... este Otoño me falta 9vre...
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martes, 7 de octubre de 2008
si, la sol, FA MI, re, do.
.
Estás aquí, al lado,
como Fa está al lado de Mi.
Marfil de tu sonrisa,
teclas de piano.
Levanto la tapa,
que bellísima melodía prometen.
Si la acaricio
con mi lengua,
la suave vibración
de tus palabras
se transforma en dulce quejido;
preludio de la más adorable,
sensual,
pasión.
Pero que tormento
cuando quiero recordar tu música:
Tener en mí el recuerdo de su belleza
sin ser capaz de interpretarla.
No se tararearte,
solo se desesperarme
por saber como eres
y no tenerte junto a mí cuando me separas
como un mueble que no es como quieres,
sin mirar en mis cajones.
En ellos guardo mi amor por ti,
conservado entre bolas de perfume azul y mar,
con una foto tuya en la playa
al lado de una barca, tu barbilla rozada.
Suena la música y no se poner letra a la canción.
Quizá pueda encontrar una rima fácil
como lo es todo cuando estás pegada a mí.
Pero, es tan difícil sentir en el frío de tu ausencia.
Es tan complicado todo cuando no te siento bajo la piel.
Under the skin,
que feliz quien la compuso.
La amada bajo la piel.
Fa al lado de Mi.
La escala no es música,
son notas aisladas.
Isla de Fa.
Isla de Mi.
Ni siquiera un archipiélago es música.
Solo islas.
Tú las haces música.
Continente musical
creciendo bajo la piel,
canción indefinible.
Islas que tu música
hace continente
incontenible bajo mi piel.
Canción indefinible
que no puede explicar esa sensación de levedad,
de niebla calida y fresca a la vez;
que envolviéndome
como esos visillos,
movidos por el aire de las noches de Málaga,
cuando
a la luz de la luna
te veía
tumbada,
boca abajo,
desnuda,
durmiendo,
nos envolvían,
me lleva a soñarte.
Sueño que no quiero despertar.
Las notas de este piano
se persiguen y enredan en mis palabras
como los flecos de bruma en las ramas de tus caricias.
Te adelantaste a mí
prometiéndome felicidad:
9vre en Portugal.
Y lo soy aunque te escondas a mí.
Te oigo
en el olor a blanco de almendro.
Se que siempre llenarás mi vida
aunque decidas no hacerlo.
Hoy suenas a blues en mi corazón.
Sentado en el muelle,
solitario,
colgando los pies sobre un mar de añoranza
la tristeza los salpica.
Insensibles
no saben llevarme a ti.
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lunes, 25 de agosto de 2008
lunes, 14 de julio de 2008
miércoles, 25 de junio de 2008
NI POR ESAS
Hace siglos que no me escribes nada y a mi me gusta que lo hagas, que me lo hagas, quiero decir que me escribas algo… bueno lo otro también, por supuesto, pero ahora de lo que te estoy hablando es de escribir no de lo otro.
Vale, vale...
... pero...
... es que...
... hace tanto calor...
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lunes, 5 de mayo de 2008
viernes, 14 de marzo de 2008
EL GUGGENHEIM Y TU.
lunes, 18 de febrero de 2008
Alguien ha apagado el sol y ha puesto en su lugar una bombilla de bajo consumo.
Si, luz, lo que es luz, hay luz, pero que fría es. Casi es lunar pero ni siquiera tiene ese atisbo de calor que supone el reflejo del sol en la ceniza de la luna.
El blanco de esta luz se extiende por mi piel enfriándome, enfriando mis sentimientos, llevándome a una abulia y a una apatía que no son sino el reflejo de esa luz que alguien ha puesto en lugar del sol para ahorrar... el qué me pregunto. ¿Qué se puede ahorrar apagando el sol?
Quizá se pueda ahorrar el cariño o la ternura que dan calor a las relaciones, calor que el sol ya no da porque lo han cambiado por esa bombilla de luz fría que es la razón sin más.
Hay que ver cuanto nos ahorra la razón: nos ahorra el dolor de perder a quien nos hace vibrar solo con estar a nuestro lado cuando deja de estar, nos ahorra también esa sensación de vacío cuando no sabemos quien nos llena incluso sin estar a nuestro lado, nos ahorra la ansiedad de tener noticias de quien es para nosotros más que nosotros mismos sin serlo o ese sentimiento de culpa, que no debiera ser, porque quizá no hemos escuchado lo suficiente como para llegar a entender el egoísmo de quien nos quiere solo por su interés sin que lo sepa.
Si, puede que sea cierto que debamos dar gracias a la falta del sol y su sustitución por la blancura de la luz de la razón, de bajo consumo.
Pero lo cierto es que cuanto más me empeño en disfrutar de la luz de la razón y más intento convencerme de su beneficio, más echo de menos el calor del sol… con lo bueno y lo malo que pueda tener.