.
Me desvisto
de tu voz
tus palabras
de tu olor
tu pelo
de ti
tu piel
Poco
a
poco
me desvisto
D e s p a c i o . . .
para tenerte algo más a mi lado
para que no me duela arrancarte de mí
Estás
aunque no
y me resisto
.
Hay cosas, ideas, reflexiones, que a fuerza de darles vueltas acaban enquistándose y entonces se convierten en esa pequeña verruga con la que siempre tropezamos al afeitarnos o en esa uña que se incrusta y duele en los momentos menos oportunos. Para mí, una forma de extirpar o al menos reducir al máximo esos ‘quistes’, a veces se consigue y a veces no, es escribiéndolos, plasmándolos en el papel, convirtiéndolos en un ejercicio sobre el que se puede corregir, dar forma y de este modo, repitiendo la lectura y reescribiendo, hacerlos banales…
aunque no siempre lo consiga.