Surgen en mi cabeza dos pensamientos, de un solo
cuerpo, como un águila bicéfala.
Este águila come para crecer, pero su alimento no
son pequeños animales. La dieta de estos dos pensamientos, común al cuerpo que los
soporta, son ideas.
Ahora bien,
existe una gran diferencia en el gusto mostrado por estos pensamientos. Uno de ellos
gusta de buenas ideas, el otro de malas.
El cuerpo que los sustenta, a ello, dice que es una
forma de crecer, compensando.