martes, 9 de junio de 2015

Paciente Impaciencia


Los minutos dejan de serlo cuando se traban las manecillas largas de los relojes. Así, entramadas, crean una laguna de tiempo detenido en la que mi reflejo envejece ausente a esa realidad.
Las ondas producidas por los segundos se estrellan contra el muro de manecillas. Cómplices de las horas, quieren liberarse y saltar, aún frenados por mi deseo de quietud, empujados por mi desesperar por tu ausencia.

Sin ti, intentando no ser, solo se ser impaciencia por ser contigo.