martes, 12 de diciembre de 2006

Para animarnos un poco, a continuación transcribo a este papel electrónico, un sentimiento.

.
Para Al-Eugim.

ALHAMBRA. LA ROJA.

En sus formas
cúbicas
moldeadas por
verdes del Generalife
y
coronadas por
blancos
de la casi eterna Sierra Nevada
encuentro
la misma
sensación
que me produce
tu nombre mujer.

Tu nombre,
cuando lo digo,
me sabe a fresco
mujer,
a menta y nieve.

Distinta sensación
de la que me producen tus ojos,
vivos,
inquietos,
curiosos.

O esa sensación
de tu voz en mi,
cuando,
hablando de cosas
triviales,
bajas,
suavizas el tono,
haciéndola terciopelo en sonido,
acariciadora...

... Como este sol granadino,
que en sinfonía de rojos
hace suyo el cielo,
dejándolo caer sobre nosotros
moldeándonos figuras de arcilla,
ladrillos,
rojos de Alhambra.

Y salta en mi
el deseo de abrazarte.
De sentirme rodeado por tus brazos,
para,
como
una capa mágica,
que nos separen de todo.

Y así,
en un instante
suspendidos,
seamos solo tu y yo...

...mujer.