viernes, 16 de marzo de 2007

Solo unas horas sueltas.

No descarto encontrar,
en algún bolsillo,
unas horas sueltas
con las que no tenga que pagar a nadie,
para gastarlas
alegremente
juntos.
Ojalá ese día no andes ocupada.
Mientras busco
y rebusco
en bolsillos de ropa guardada,
abrigos colgados
y hasta en olvidados baúles,
beso suave,
como el recuerdo de la brisa
en un atardecer bajo una palmera,
tus labios.