martes, 12 de febrero de 2013

Bruma, Hierba, Arena X 3

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Desperté en la noche y la oscuridad absoluta nos rodeaba. Ni una luz, ni un reflejo, ni siquiera un leve resplandor.
Oí tus pulmones exhalar e inspirar.
Note deslizarse sobre mí la leve bruma que de tu boca fluía, fresca, adivinada gris en la oscuridad que nos rodeaba.
Acerqué mi mano a la crespa hierba que en tu sur crecía y en arena se deshicieron mis dedos al rozarla.


La perlada bruma nos rodeaba como si estuviéramos empaquetados en algodón. La hierba a nuestros piés era una alfombra suave y fresca. La arena traída por el viento nos prometía mares en el desierto.


Perdidos en la bruma cruzamos las colinas cubiertas de hierba hasta llegar a la arena donde nos paramos a escuchar el mar que no veíamos.
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